Lunes a la madrugada, las calles del centro soplan un viento que da placer. El banco hipotecario, con sus brutales vigas de hormigón, expuestas, me miran y me exigen que las mire. Camino tranquilo, algo cansado, algo contento, con Margot, que camina al lado mío, solemnemente.
martes, 19 de marzo de 2024
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